En menos de una semana, Riohacha fue sido testigo de dos terribles eventos que han conmocionado no solo al municipio, sino al departamento y al país entero. Ambos casos donde la afectación a tenido como protagonistas a jóvenes de la ciudad. El primero, fue un hecho aberrante contra una joven mujer, la cual fue presuntamente violentada en su integridad física. Esta situación llevó a que los y las estudiantes de la Universidad de La Guajira realizaran una protesta en pro de garantizar la dignidad de esta comunidad estudiantil.
El otro hecho, involucró a un joven hombre cantante del municipio, quien, por defender sus bienes, se opuso a que lo robaran y terminó perdiendo la vida, por una herida que le causó el asaltante. Esta situación enlenteció no solo a su familia, si no a todo un gremio de músicos y empresarios de este sector, quienes se sintieron consternados ante esta situación.
Esto hechos han dejado ver que, dentro de la sociedad se perdió el temor de quitarle la vida a una persona. Los delincuentes son capaces de todo, no le temen ni a la vida, ni a la muerte. Es realmente muy triste lo que pasa, los jóvenes de este departamento están acorralados por la delincuencia, tanto victimarios como víctimas, se encuentran atrapados en un círculo vicioso de violencia y desolación.
Riohacha, es la segunda ciudad del caribe colombiano, con el mayor número de jóvenes entre los 14 y los 28 años, quienes no realizan ninguna actividad, ni estudian, ni trabajan. Esta población hoy se convierte en un caldo de cultivo para la delincuencia. Las escasa oportunidades, el lento acceso a educación superior y las pocas ofertas de empleo, terminan empujando a muchos jóvenes hacia un futuro incierto, donde la cárcel o la muerte parecen ser las únicas opciones.
Para estas personas parece no estar claro un espacio dentro de la sociedad actual y las estadísticas son así lo demuestran. De acuerdo con los datos de la Población Privada de la Libertad por Rango de Edades, Sexo y Situación Jurídica en Establecimientos de Reclusión, en la Cárcel y Penitenciaría de Mediana Seguridad de Riohacha, de las 317 personas que se encontraron dentro de las instalaciones carcelarias al 17 de marzo del 2024, al menos, 34 personas estaba en un rango de edad entre los 18 y 24 años, 44 de 25 a 29 y 41 de 30 a 34, es decir que, el 38% de la población condenada de la ciudad, se encuentra en la mejor edad de sus vidas, en la etapa de mayor productividad.
Pero por si fuera poco, también estos grupos poblacionales son los que más muertos coloca en las estadísticas departamentales, de acuerdo con las Tasas de Homicidios por 100.000 personas en el departamento de La Guajira, los promedios son del 30% y 40% para personas entre los 15 y 29 años y 30 y 44 años, respectivamente. El grueso de la población asesinada en La Guajira es joven.
En las actuales condiciones del departamento, lo que hay y se vislumbra para los jóvenes son, escasas oportunidades laborales, pocas las posibilidades de emprendimiento, altas tasa de delincuencia y la muerte, la muerte que hasta hace unos años era algo inimaginable, se ha convertido en el pan de cada día.
Por lo anterior ¿qué le ofrece este territorio y los gobernantes a sus jóvenes para que se queden a vivir aquí, para hacer empresa y tener familia? La desidia y la falta de acción son evidentes. Estos son de los problemas serios, que están pasando y nadie mira, a nadie parecen importarles. Hoy acaban con la vida de otro joven que lo estaba intentando. La Guajira cada vez ofreciendo menos oportunidades.
No se puede permitir que la esperanza se muera. La Guajira necesita un cambio, un futuro donde la vida de los jóvenes sea valorada y protegida. Es hora de actuar, antes de que sea demasiado tarde.