LA GUAJIRA DEBE REPENSAR SU MODELO DE DESARROLLO TERRITORIAL

La Guajira, deriva sus ingresos fundamentalmente de los recursos que entrega el Estado por el Sistema General de Participación y los que se le entregan por el Sistema General de Regalías. De presentarse una fuerte disminución del consumo de este mineral, algo que, si puede pasar en el corto plazo, el departamento si vería seriamente afectados sus recursos financieros disponibles para la inversión, esto si, en el corto plazo. 

La reciente publicación del primer informe de evaluación del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático en siete años, adoptado el viernes (13/08/2021) por 195 países, analiza cinco escenarios de emisiones, del más optimista al más pesimista. En todos ellos, la temperatura del planeta alcanzaría el umbral de +1,5 ºC respecto a la era preindustrial alrededor de 2030, diez años antes de lo previsto en la estimación de 2018.

En dicho informe, se definió que los principales causantes del cambio climático en el planeta son el Carbón y los combustibles fósiles. Dentro de publicación se dice que, se debe poner fin al carbón y a la generación de energías a partir de recursos fósiles, ya que las emisiones de gases de efecto invernadero creadas por estas y la desforestación están asfixiando al planeta. 

Ante esto, deberían estar preocupados los administradores públicos, las empresas y sociedad civil del departamento de La Guajira. La respuesta es clara y sencilla, sí. La economía del departamento de La Guajira depende de la extracción de productos minero energéticos, principalmente el carbón. Pero por otro lado, la erosión de las zonas costeras, en Riohacha y Dibulla en los próximos años son una realidad que enfrenta este territorio como consecuencia del cambio climático. 

Lo que si debe ser lo suficientemente claro es que, el negocio del carbón no se va a acabar, por lo menos en el corto plazo. Aún existen grandes potencias económicas del mundo, China, Taiwán, Indonesia, India, entre otros, que prefieren el carbón para alimentar sus generadores de energía eléctrica. Esto por ser aun, un producto barato y eficiente para mover sus industrias y gran parte de comercio del mundo. Aunque lo anterior es cierto, China, uno de los grades consumidores de carbón en el mundo, igualmente es uno de los países en el mundo que más invierte en otras formas de generación de energía eléctrica para alimentar sus fábricas.

Este tipo de publicaciones, si bien, se convierten en una voz de alerta, esta no solo suena para los países consumidores, es un mensaje de manera particular para los países productores, en particular, para, para los países, que como Colombia, dependen su economía del carbón, pero más aún, para territorios como el departamento de La Guajira, que le deben gran parte de sus recursos de inversión pública a este mineral. 

La Guajira, deriva sus ingresos fundamentalmente de los recursos que entrega el Estado por el Sistema General de Participación y los que se le entregan por el Sistema General de Regalías. De presentarse una fuerte disminución del consumo de este mineral, algo que, si puede pasar en el corto plazo, el departamento si vería seriamente afectados sus recursos financieros disponibles para la inversión, esto si, en el corto plazo. 

Ya en el pasado, hay la suficiente claridad de cuáles son los efectos de una parálisis en la mina del Cerrejón. Si el lector, los gobernantes de turno y la empresa privada no analizan estos mensajes de forma crítica, lo que le espera al futuro de departamento de manera es grave, de no tomar serios correctivos sobre la cada vez más cercana posibilidad de la disminución del consumo de carbón el mundo, es un error craso, como tampoco prever los efectos negativos del cambio climático sobre el territorio

A la vuelta de unos años, habrán preguntas que toda la socidad guajira debe responderse, entre ellas aparecen ¿qué empresa va contratar a los futuros desempleados de la mina que salgan fruto del cumplimiento de estos acuerdos en el mundo? ¿cómo se van a remplazar esos ingresos a las económicas de los municipios que llegan en forma de regalias y de salario, que entran a las alcaldías y a las tiendas de barrio y pequeños comercios que alimentan la formalidad e informalidad laboral de La Guajira? ¿cómo el gobierno departamental va a remplazar los muchos o pocos recursos con los que cuenta del departamento fruto del Sistema General de Regalías? ¿cómo se va a enfrentar el calentamiento del territorio y el que las aguas del mar no se traguen partes de municipios como Manaure, Dibulla y Riohacha? 

Se debe acordar el lector que, ante las inquitudes anteriores, en este territorio se siguen presentando los peores problemas que se pueda imaginar: muertes de niños por hambre y enfermedades asociadas a la desnutrición; altas tasas de desigualdad, altas tasas de pobreza, alto índice de desempleo, falta de oportunidades, en fin., otros problemas más para los ya conocidos serán una pena. 

Es de no creer que esta situación se presente en un departamento que no hace menos de 30 años se vislumbraba como uno de los territorios con mayor potencial de crecimiento industrial del país. Del departamento que se pensó construir con la puesta en marcha de proyecto Carbones de Colombia, hoy no queda nada o no existe nada. Es más, solo existió en los sueños de unos pocos. 

Hoy, con la aparición de la posibilidad de generar energía eléctrica a través del sol y del viento, se pretende construir una nueva realidad para La Guajira, pero en la que parece que no caben todos, solo unos pocos hasta ahora parecen serán los afortunados. Por otro lado, la organización de territorio alrededor, del empleo, el crecimiento económico, la desigualdad y garantizar el derecho a la vida misma, muy pocos lo hablan, no saben cómo se enfrenta o simplemente, no les importa.