ELECCIONES ATÍPICAS, ¿CUÁL ES LA IMPORTANCIA DEL ELECTOR?

 

La construcción de una sociedad madura, requiere de un elector informado, con la suficiente capacidad de elegir sus dirigentes, sin pasiones, sin peleas y con la suficiente capacidad de aceptar las diferencias. Cuando esto pase, existirá la verdadera democracia. 

Ante la reciente decisión del Tribunal Contencioso Administrativo de La Guajira, por medio de la cual se declaró la nulidad de la elección del alcalde del municipio de Fonseca, Hamilton Raúl García Peñaranda, ¿qué papel juegan los electores? 

Las decisiones judiciales que en muchas situaciones son una mezcla de interpretación a la ley y subjetividad de las personas encargadas de decretar que está bien o que está mal, dejó al elector sin valides en su interés de definir el líder que quiere que lo represente y dirija el aprovechamiento de los recursos estratégicos y escasos del municipio. Ante lo anterior, ¿no es el constituyente primario quien al ejercer su derecho al voto ratifica a una persona como su representante? ¿acaso no es el elector el primer afectado ante una decisión que no tiene segunda instancia?

Lo cierto es que la posibilidad de que se presenten unas elecciones atípicas para la definir un nuevo alcalde son muy altas, y el elector se verá nuevamente inmerso en un evento electoral en el que se buscará en medio de varios profesionales elegir al mejor. Hoy como nunca, hay una lluvia de buenos precandidatos dispuestos a servir. 

Las más de 10 personas que han mostrado su interés por alcanzar la más importante posición administrativa del pueblo,  cuentan con experiencia laboral, trabajo comunitario, formación y deseos de servile a su pueblo. Esto último es realmente valioso, hoy Fonseca requiere de sus mejores hombres y mujeres dispuestos a transformar la realidad de los menos favorecidos y fortalecer a quienes están construyendo sociedad y empresa, ¿cuál es el riesgo de elegir a un mal candidato para remplazar a Hamilton García en el cargo?

Cuando se elige un alcalde, no solo se elige a una persona, se elige un plan de gobierno, una forma de liderar; se elige un modelo de sociedad, un modelo de desarrollo empresarial y esto es lo que está en juego en la próxima atípica elección. Está en juego la posibilidad de que se frenen las cosas buenas que hay inmersas en el plan de desarrollo que aprobó el Concejo Municipal para el período 2020-2023, que grandes avances y retos sociales que se plantearon para el pueblo queden relegados. 

Ya Fonseca conoció una forma de gobernar distinta, pretender que el pueblo espere algo menor a lo que brindó en este año y tres meses de gobierno es un irrespeto con ciudadanos, pero igualmente, se combierte en una irresponsabilidad de parte de elector si toma la decisión de apoyar a alguna persona que no represente la continuidad de lo bueno que hoy le pasa a Fonseca.

Está en las manos del elector la posibilidad de ser impulsador del crecimiento y progreso de su pueblo o por el contrario ser parte de los verdugos que pueden hacer más lento el desarrollo. Fonseca no aguanta una sola gota de improvisación.

El elector debe ser consciente de que no se trata de elegir por elegir. En este momento se requieren personas con la suficiente capacidad de gestión, con una alta formación académica y con sensibilidad social, dispuesta a trabajar por el pueblo. 

Debe el elector al momento de elegir un candidato preguntarse: ¿cuáles son los méritos de esa persona para ser alcalde? ¿tiene esa persona la experiencia para semejante cargo? ¿su formación si es la idónea? ¿el/ella, alguna vez ha administrado algo? ¿el/ella quiere ser candidato por capricho o por qué tienes sensibilidad social y puedes transformar la realidad de la sociedad? ¿qué ha hecho esa persona por el pueblo?

Cuando estos précandidatos logren responder a estas simples preguntas, ese día el elector contará con los suficientes elementos para tomar una buena decisión, antes será un saludo a la bandera. 

Nota: amigo(a) elector(a), recuerden que, los concejales, alcaldes, asambleístas, gobernadores, representantes a la Cámara y Senado, hasta el presidente, son nuestros empleados, están para sacarle el máximo provecho a los recursos excasos, no para quedarse con ellos.