TE VI

 

¡Hoy te vi! Linda como siempre, tu hermosa sonrisa y tu lindo cuerpo, son las máximas bellezas que mis ojos en esta noche oscura pueden mirar. Tomé la decisión de llegar a tu casa. Voy camino a ella, en la oscuridad tu rostro es la luz del camino.

Ya estoy aquí, voltea tu mirada. Aquí estoy, en frente de tu casa, en la esquina a lado del poste que da al frente del balcón. Estoy aquí, junto al Mercedes de tu papá. Sé que es el de él porque dentro se ve el saco flores que tanto te gusta y que me encanta verte puesto.

En frente a tu casa no hace tanto frio como en mi barrio, ¿será porque al verte mi corazón se hincha de emoción y eso calienta mis huesos? ¿Será esto a lo que llaman enamoramiento?

Ábreme la puerta, estoy aquí. Tengo en la mano izquierda unas rosas que me robé en el camino, las he guardado tanto, que seguro adornarán tu cuarto por muchos días. En la mano derecha te traje un pastel de vainilla, creo que es el que te gusta. El día que te conocí te veías muy contenta disfrutando de él.

Luzco la mejor presentación que tenía en mi armario. Mi traje azul, aunque un poco maltrecho, está muy bien planchado. El pantalón aunque tenía un roto de la rodilla izquierda, hoy lo cocí y no se ve. La corbata se la tomé prestada a mi viejo, fue la que usó para su boda, es roja como la sangre en mi corazón. Está un poquito desarreglada porque no supe hacer muy bien el nudo. Lucho, mi vecino, intentó hacerlo, pero parece una cadena. Mi camisa es blanca, aunque tiene una macha de grasas de las empandas que me comí hoy, no se ve, pues, el traje la oculta.

Voltea tu mirada, estoy aquí, ya es tarde. Aunque mis zapatos están brillantes, los huequillos que tienen las suelas me cansan y algunas veces los vidrios de la calle o las piedrecillas me maltratan al caminar.

En la portería de tu casa hay tantos timbres que no se exactamente cual tocar, ¿qué tal le toque a un vecino? He pensado en tocar varios y hasta en tirar piedras en tu ventana, pero sé que está no es la hora adecuada para hacerlo.

No quiero ser imprudente, pero, ¡mírame! Ya me imagino a tu mamá y a tu papá al verme llegar, dirán, ¡Que joven tan lindo y bien presentado! ¿o no? ¿dirán algo por el pastel? ¿Qué diré al entrar? ¿Qué dirán tus hermanos? ¿tu abuela? ¿tu perrito me querrá? ¿Creerán mis historias, les gustarán mis canciones? ¡No lo se! Y la verdad no estoy seguro, como tampoco me interesa lo que piensen. La verdad, así como soy, así como vez, como me peino, como camino y así son las cosas que me pasan.

He pensado mucho si yo estoy dispuesto a seguir con esta relación. La incertidumbre, la zozobra, me hacen dudar no sé si estoy listo para seguir con lo nuestro, estoy dudando en que tú quieras seguir lo nuestro. Mira la hora que es, mira bien, ya solo faltan 10 minutos para que el reloj marque las doce y empiece tu cumpleaños. Veo que te asomas a cada rato por la ventana, pero no miras, igual, cada vez que miras donde estoy, me oculto tras el Mercedes de tu papi.

¡Ay, te ves hermosa! Tu linda sonrisa me pone a soñar. Veo tus ojos negros y parece que estas triste, ¿Por qué la tristeza? ¿Estás desilusionada? ¿Será la fecha? Veo que miras el celular muchas veces, ¿estás esperando un mensaje? Marcas el celular nuevamente, pero no te voy a responder, sabes que nunca lo hago y hoy no será diferente.

Alguien se te acercó, ¿quién es él? No es tu primo a él lo conozco bien, tampoco es tu hermano, él no ha llegado de Estados Unidos, ¿acaso es un pretendiente? No lo sé, pero jamás me lo he visto, igualmente no importa. De todas maneras, te deseo que seas muy feliz, sé que pronto te olvidaras de mí y con el tiempo no seré nada para ti. 

De todas maneras, aquí en el capot del Mercedes de tu papi dejo el pastel y las flores, si algún día nos volvemos a ver te cuento lo que hoy me ocurrió. Espero verte pronto y si nuestras a miradas se vuelven a encontrar me vuelvo a enamorar, esta vez ya no será solo.

Feliz Cumpleaños.

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